Todos los relatos que aparecen en este blog han sido escritos por mí. Ninguno ha sido copiado de ninguna otra web de relatos y se ruega que, del mismo modo, tampoco sean copiados (excepto consentimiento expreso). Gracias.

viernes, 26 de julio de 2013

Lizz, la hermana de mi amigo



Cierto verano me había ido yo a pasar unas semanitas a casa de uno de mis mejores amigos. Si hay algo de interés que sea digno de mencionar sobre este amigo mío es su preciosa hermana, Lizz.

Lizz era una jovencita, de mi edad o algún año menos, de pelo largo, castaño y liso. Unos ojos marrones muy bonitos. Brillantes y apetecibles labios. Todo eso hacía de ella una preciosidad de mujer. Pero no solo era guapa, sino que además estaba buenísima. Tenía una esbelta figura que siempre aprovechaba para lucir con pantalones vaqueros cortos y tops pequeños y ajustados. Vestimenta que realzaba su culo muy bien puesto y sus tetas de tamaño considerable, además de dejar ver un reluciente piercing en el ombligo. Remataba con unas largas piernas entre las que muchos hombres deseaban poder estar. La guinda del pastel era el piercing que tenía en la lengua, le daba el toque final de morbo. Sin embargo, y pese a todo esto, esta chica la veía como vetada para mí, al ser la hermana de uno de mis mejores amigos.

lunes, 22 de julio de 2013

Alexandra, la dama de honor


Yo no creía eso que dicen de que en las bodas se liga mucho, pero parece ser que es verdad. O es que yo tuve suerte.

Se casaba una amiga mía de la universidad, Ángela. La verdad es que en aquellos años locos de universidad, teniendo ella su habitación tan cerca de la mía en la residencia, habíamos sido algo más que amigos. Novios no, pero un par de polvos… Por aquella época era un poco guarrilla, y ahora se iba a casar. Tras esos años quedamos como amigos y mantuvimos el contacto. Pero tranquilos, no me tiré a la novia el día de su boda. Sería algo muy morboso, pero no soy tan mala persona.

sábado, 20 de julio de 2013

Rachel, la profesora


Jamás me imaginé que llegaría a vivir esta experiencia cuando decidí apuntarme a clases de inglés para mejorar mi nivel de idiomas. Sin embargo, el primer día de clase ya me quedé impresionado con la Srta. Rachel.

Al hacer su entrada en la clase dejó boquiabiertos a todos los alumnos de género masculino. Una preciosidad de mujer pese a los años que llevaba encima. Largo pelo castaño recogido en un organizado moño, lujuriosos labios y bonitos dientes blancos. Ese bello rostro lo remataban sus ojos azules escondidos tras unas gafas que le dan ese punto intelectual que da morbo. Llevaba pequeños piercings en ambas orejas, a parte de los pendientes comunes.

lunes, 15 de julio de 2013

Pagando la carrera


Esta es la historia de uno de tantos polvos que me regala mi vecina guarrilla, desde que un día coincidiéramos en el ascensor y acabara con mis espermatozoides nadando por su cara y su garganta.

Eva necesitaba ir urgentemente a realizar unos trámites, y su coche estaba en el taller. Me pidió el favor de llevarla y yo, como buen vecino, no me opuse. Además, tal y como la chupa esta chica, como para negarle algo…

En el camino de ida no pude evitar fijar mi mirada en su escote a través del retrovisor. Pese a que había visto ese cuerpo completamente desnudo, me gustaba demasiado como para no seguir fijándome. El camino de vuelta fue más movidito.

jueves, 11 de julio de 2013

Jessica, la enfermera


Llevaba yo unos días con dolor de cabeza cuando decidí ir al médico. Después de esperar un tiempo en la sala de espera de la consulta de mi médico, al fin me pasaron a una salita. Apareció mi médico de siempre y yo le describí los síntomas y todo lo que me pareció importante para el diagnóstico. Me dijo que no tenía por qué ser nada serio, pero que por si acaso me haría unos análisis., y me dejó solo en la sala.

Yo estaba sentado en la camilla, con las piernas colgando. Dos o tres minutos después entró una enfermera. Era una chica muy joven, rubia, guapísima. Un poco más bajita que yo. Podía ver que tenía un cuerpo de infarto, pese a que su uniforme blanco de enfermera lo disimulaba un poco. Era un uniforme de una sola pieza, totalmente blanco excepto por una cruz roja encima de su pecho derecho. Le llegaba de los hombros hasta poco más del culo. Habían botones delante desde arriba hasta abajo. Y llevaba una tarjeta identificadora encima de su pecho izquierdo. Un par de botones desabrochados hacían lucir un bonito escote dejando entrever unos bonitos aunque no muy grandes pechos detrás de un estetoscopio. Su cabello rubio caía por su espalda hasta la altura de los senos.