Todos los relatos que aparecen en este blog han sido escritos por mí. Ninguno ha sido copiado de ninguna otra web de relatos y se ruega que, del mismo modo, tampoco sean copiados (excepto consentimiento expreso). Gracias.

lunes, 30 de junio de 2014

Un recordo pracenteiro


Cuando me enteré de que tendría que chuparme más de 8 horas de coche no pensé que merecerían tanto la pena.  Nada menos que hasta Santiago de Compostela tenía que ir. En la esquina del país. Y por unos asuntos personales que no podía rehuir. Así que cargué maletas y marché hacia Galicia.

La soledad en el coche hacía el viaje muy aburrido. La música era mi única acompañante, y por muy motivadora que sea, no me daba mucha conversación. Llegué un viernes noche a la capital gallega, con solo ganas de meterme en la cama de mi habitación de hotel y dormir. El día siguiente se presentaría mucho más animado, aunque eso aún no lo sabía.

Amanecí arisco. Esperando que ese fin de semana pasara cuando antes. Esa mañana solucionaría mis asuntos, aunque no volvería a casa hasta el domingo. Me parecía mucha paliza tantas horas en coche en dos días. Ya que hacía el viaje, pasear un poco por Santiago aunque sea. La mañana se presentó como esperaba, aburrida. A la hora de comer ya había cumplido el propósito del viaje. Por la tarde, ya de otro humor, decidí ver un poco de esa ciudad. La verdad es que me pareció una ciudad muy bonita, pero la habría disfrutado mucho más siendo un viaje de placer, más largo y en compañía. Después de cenar llegaría una grata sorpresa en forma de esbelta figura. Una inocente cerveza desembocaría en algo increíble.

miércoles, 25 de junio de 2014

Fotos y Polvos


Eran ya las 6 de la tarde, la hora a la que Tamara había quedado con el fotógrafo que había contratado. Quería hacer una sesión fotográfica más profesional para poner en su página web y deleitar a todos sus seguidores. Sonó el timbre, llegaba puntual. Tamara abrió la puerta e invito a aquel hombre a pasar. Le acomodó en el salón y se disculpó un momento para ir a vestirse para la sesión.

Al poco tiempo apareció de nuevo Tamara, ahora en ropa interior. El fotógrafo quedó con los ojos como platos ante tal cuerpazo. Dos tetas bien grandes soportadas por un bonito sujetador negro. Sujetador a juego con el tanga también negro que llevaba Tamara. Piernas brillantes y muy apetecibles. Una esbelta figura rematada por su pelo moreno, largo y liso cayendo por su cuerpo y acariciando sus pechos. Un tatuaje del conejito de Playboy decoraba su pelvis. Un cuerpazo acompañado por un bonito rostro de ojos marrones y con un piercing en la nariz. Tamara tenía cara de morbosa y de gustarle que le den caña. Sus labios carnosos parecían muy buenos para ofrecer placer oral.

jueves, 12 de junio de 2014

Oda a un polvo


Bajas mi cremallera con los dientes
Y con las manos el pantalón
Con esa mirada ardiente
Y esas ganas de un revolcón

Mi polla te saluda
Tus ojos brillan al verla
Tu cuerpo ya suda
Solo de pensar en comerla

Te la metes en la boca
La lames con dulzura
Te estás volviendo loca
Pierdes la compostura

domingo, 8 de junio de 2014

Baile Privado


Un amigo mío se casaba en una semana, y como manda la tradición, montamos una buena despedida de soltero. Pasamos una buena noche de juerga y el destino final fue un club de striptease.

En el club lo pasamos genial viendo todas aquellas esculturales mujeres. Íbamos un poco bebidos después de toda la noche de fiesta, y eso hacía que estuviéramos más desenfrenados. Era todo risas, mujeres desnudas, alcohol y amigos. Estaba siendo una noche genial.

Entonces empezó a sonar una nueva canción y salió al escenario una increíble mujer anunciada bajo el nombre de Noa. Apareció vistiendo únicamente lencería de color rojo pasión y unos tacones. El público vitoreó a la bailarina. Nos quedamos estupefactos admirando tal mujer semidesnuda. Fuimos a ponernos en la primera fila.

domingo, 1 de junio de 2014

Paty, la dependienta


Ir de compras es algo que nunca me ha gustado del todo. Me refiero a ir a comprarme ropa. Sin embargo, hubo un día en el que la situación dio un tremendo vuelco  y puedo decir que me alegro de haber tenido que ir a comprar.

Ya era época de verano, y yo necesitaba comprarme ropa para esa temporada. Recorrí varias tiendas viendo productos hasta que encontré algo realmente interesante en una de ellas. Lo interesante no era la ropa, sino la dependienta. Una rubia tremenda. Una preciosa mujer de pelo radiante que caía a la altura de sus pechos. Sus adorables ojos y su piercing de nariz destacaban en su bonito rostro. Tendría unos 30 años. Vestía una camiseta de tirantes con un escotazo imponente, y unos shorts vaqueros bien cortitos. Por si no eran suficientes esas grandes tetas admirables gracias a su escote, ese pantaloncito corto permitía apreciar un culo firme y bien puesto, así como unas largas piernas brillantes.