Todos los relatos que aparecen en este blog han sido escritos por mí. Ninguno ha sido copiado de ninguna otra web de relatos y se ruega que, del mismo modo, tampoco sean copiados (excepto consentimiento expreso). Gracias.

domingo, 8 de junio de 2014

Baile Privado


Un amigo mío se casaba en una semana, y como manda la tradición, montamos una buena despedida de soltero. Pasamos una buena noche de juerga y el destino final fue un club de striptease.

En el club lo pasamos genial viendo todas aquellas esculturales mujeres. Íbamos un poco bebidos después de toda la noche de fiesta, y eso hacía que estuviéramos más desenfrenados. Era todo risas, mujeres desnudas, alcohol y amigos. Estaba siendo una noche genial.

Entonces empezó a sonar una nueva canción y salió al escenario una increíble mujer anunciada bajo el nombre de Noa. Apareció vistiendo únicamente lencería de color rojo pasión y unos tacones. El público vitoreó a la bailarina. Nos quedamos estupefactos admirando tal mujer semidesnuda. Fuimos a ponernos en la primera fila.

Noa era una mujer muy sexy. Era alta, de piernas largas y bonitas, culo redondito y apetecible, tetas grandes y firmes, y cabello largo y castaño. Un tatuaje de una larga planta con flores recorría todo su cuerpo desde el tobillo izquierdo hasta casi el pecho derecho. Su bonito rostro lo remataba un piercing bajo el labio inferior, en la parte derecha.

La guapa stripper bailaba bajo la atenta mirada de todos. Apuesto a que nuestras caras en ese momento era de auténticos babosos. Tras unos minutos de sensuales contoneos se llevó las manos a la espalda para desabrochar el sujetador y quitárselo lentamente. Con el sujetador ya en el suelo, pudimos apreciar ese buen par de tetas que tenía Noa. Ella misma se las tocaba y manoseaba para el deleite del público. Luego se quitó también el tanga y, con él en la mano, se acercó a nosotros bailando. Me miró mientras se agachaba y me pasó su tanga por la cabeza, dejándolo colgando del cuello. Me guiñó un ojo y volvió al centro del escenario a seguir bailando, ahora ya con su precioso coñito perfectamente depilado a la vista de todos. Cuando acabó la canción, terminó también su baile, y despareció por detrás del escenario.

Minutos más tarde Noa vino a la mesa donde estábamos los amigos y yo. Bueno, los amigos menos el futuro novio, al que le habíamos pagado un baile VIP. Noa llegó vistiendo de nuevo lencería solamente, pero ahora de color negro. Vino a recoger su tanga, que aún colgaba de mi cuello.
-          ¿Os ha gustado, chicos? – Dijo mientras recogía su prenda.
Todos le contestamos que nos había encantado y un par de piropos más. Entonces Noa dirigió su mirada hacia mí.
-          ¿Te apetece un baile privado?
La verdad es que ya me había gastado un dineral para entonces. Pero ante la insistencia de mis amigos y el cuerpazo de Noa decidí acabar la noche por todo lo alto. Ella sonrió y me llevó de la mano hasta uno de los reservados para el baile. Entramos en esa salita, totalmente aislados del resto del club. Había un asiento y un palo de estos para los bailes de las strippers. Noa me sentó en el asiento y echó dos pasos hacia atrás.

Comenzó otro baile sensual, pero este más excitante, ya que era para mí. Cada movimiento lo hacía mirándome fijamente a los ojos. Tardó poco en quitarse el sujetador y así poder gozar viendo sus tetas. Ya las había visto antes, pero se me aceleró el corazón igualmente. Tiró el sujetador a una esquina y se acercó hasta mi asiento. Se sentó encima de mí, rodeándome con sus piernas y plantándome las tetas en la cara.
-          Se mira pero no se toca… - Me dijo al ver la cara que ponía.
Se levantó y siguió bailando. Para entonces yo tenía una enorme erección. Inevitablemente mi mano acariciaba mi polla por encima del pantalón. Noa sonrió y me dijo:
-          Adelante, así te veo yo también, jijiji.

Movido por el alcohol y la excitación me baje el pantalón y me saqué la polla ahí mismo. Estaba dura como una piedra. Noa sonrió al verla. Me puse a pajearme mientras la veía bailar y seducirme. Noa lo hacía con una gran sonrisa en la cara al ver que estaba disfrutando. Se acercó de nuevo y se arrodilló frente a mí. Acercó la cara a mi polla mientras me miraba a los ojos. La acercó tanto que podía notar su respiración. Entonces se limitó a dejar caer saliva de su boca, la cual cayó sobre mi polla, lubricándola mientras me pajeaba. Sonrió de oreja a oreja.

Noa siguió bailando a mi alrededor. Se le notaba muy cachonda de verme masturbarme. En cierto momento se puso detrás de mí, que seguía sentado en aquel cómodo asiento. Vi su mano derecha pasar por mi lado desde atrás, hasta agarrar mi polla. Siguió ella con la paja que yo me estaba haciendo en su honor. Mientras, desde atrás, su lengua jugaba con mi oreja y de vez en cuando me soltaba alguna guarrada que me ponía a mil.

Después de estar un poco pajeándome, Noa no pudo aguantar más y se arrodilló frente a mí, pero esta vez sí que se metió mi polla en la boca. Yo no me lo podía creer. No me lo esperaba. Pero ahí estaba, la stripper cachonda, arrodillada y chupándome la polla. Y lo hacía de maravilla.

Tras un rato de deliciosa mamada, Noa me preguntó por un condón. Saqué uno de mi cartera y ella me lo puso a toda prisa. Luego se puso sobre mí, se apartó las braguitas a un lado, y se sentó sobre mi polla, que entró gustosamente dentro de su cuerpo. Noa movía la cintura en círculos y botaba sobre mí. Sus tetas se movían frente a mi cara, y aproveché para tocarlas y lamerlas. Buf, nunca me había follado a una stripper, y esta estaba muy buena.

Cogí a Noa y la tumbé en el suelo. Le di besos en el cuello y fui bajando hasta llegar a su entrepierna chorreante. Le quité las bragas con los dientes, y las tiré a un lado. Metí mi lengua en su coño y me puse a comérselo. Un delicioso coñito totalmente depilado. Noa gemía y se retorcía en el suelo. Yo seguí dándole placer oral.

Habría seguido comiéndoselo más tiempo pero me moría por seguir follándomela. Me situé entre sus piernas y hundí mi polla profundamente en su cuerpo. Me follé con fuerza a la stripper en el suelo de la sala privada. Tan fuerte la follé que en cosa de minutos tuvo un tremendo orgasmo. Noa gritó escandalosamente. Dudé de si nos habrían oído, pero supuse que la música habría camuflado el orgasmo. De todas formas no iba a parar de follarme a Noa. Pensé en ir un paso más allá.
-          ¿Por detrás? – Le susurré al oído mientras seguía follándomela.
-          Dale… - Me consintió ella.

Di la vuelta a Noa, poniéndola boca abajo en el suelo. Le separé las piernas y apoyé mi polla contra la entrada a su culo. Noa suspiró fuerte de las ganas que tenía. Yo empujé y penetré su prieto culo. Un excitante gemido de placer salió de la boca de Noa. Agarraba su pelo y empujaba su cabeza contra el suelo mientras embestía su culo con todas mis fuerzas. Mi polla entraba y salía de su culo a gran velocidad, y el coñito de la stripper chorreaba. Di por el culo a Noa un rato y no pude aguantar más.

Avisé de que me iba a correr. Me levanté y me quité el condón. Noa se arrodilló y se sujetó sus grandes tetas con las manos al tiempo que me pedía que me corriera sobre ellas.
-          Échamelo todo.
Dos sacudidas después empezó a salir semen de mi polla cayendo sobre las tetas de Noa. Me corrí bastante. Unos cuantos chorros pintaron sus pechos. Cuando todo mi semen ya descansaba sobre sus tetas, Noa succionó de mi polla las últimas gotas que quedaban.

Yo me desplomé fatigado sobre el asiento. Noa guarreaba con mi semen, restregándoselo por las tetas. Luego lo recogía con los dedos y se lo metía en lo boca. Se lamía las manos con los restos. Recogió en su boca todo lo que pudo. Me miraba y me sonreía con mi semen aún en la boca. Cuando se cansó de jugar con él, se lo tragó todo.

Noa vino hacia mí y me dijo:
-          A este baile invito yo…
Cogió sus braguitas y su sujetador y salió por una puerta trasera.





Este relato está inspirado en la gogo, stripper, actriz porno y webcamer Noa, y está dedicado a ella.





No hay comentarios:

Publicar un comentario