Se quedó
paralizada al ver que aquel hombre la había descubierto. Él, silenciosamente, se
acercó donde ella estaba. Se puso en frente de ella y se inclinó para
susurrarle al oído:
-
Yo tendré la boca cerrada si tú la tienes
abierta.
Y sin decir
nada más se bajó el pantalón de deporte y los boxers hasta las rodillas. Sara
ponía cara de duda y no estaba segura de lo que iba a hacer. Pero tenía que
comprar su silencio, así que sacó la lengua y empezó a lamer el pene flácido de
aquel chico. Se puso a chuparla, y notó cómo poco a poco empezaba a crecer
dentro de su boca. Cuando ya tenía la polla totalmente dura, él cogía a Sara de
la cabeza y le follaba la boca con ganas. Ella se dejaba hacer e intentaba no
ahogarse, mientras oían al resto del equipo al otro lado de las taquillas.