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lunes, 2 de noviembre de 2015

Un polvo de miedo (Especial Halloween 2015)


El 31 de octubre de 2015 acudí a una fiesta de Halloween que se organizaba en una inmensa cabaña en medio del bosque. Era como una mansión de madera, llena de jóvenes con ganas de pasarlo bien. Todos ellos disfrazados. Era un requisito indispensable para estar en la fiesta. Yo iba vestido de vampiro, con una larga capa negra, colmillos de mentira, la cara pintada de color pálido y demás parafernalia vampiresca. Vi algunos disfraces realmente trabajados y conseguidos, eran increíbles. Lo que más me gustaba era ver a las preciosas mujeres aprovechar la excusa para vestirse de forma provocativa. Me crucé con diablesas traviesas, piratas sexys, vampiresas calientes, zombies increíblemente atractivas, momias con muy pocas vendas en el cuerpo...

A mitad de noche me encontraba en el terrorífico jardín de la "casa encantada" hablando con una bruja, ambos con varias copas en el cuerpo. De bruja solo tenía el disfraz, porque la chica era encantadora. Tenía el pelo totalmente negro y le quedaba bien aunque lo llevara enmarañado y desastrado para dar realismo a su personaje. Iba maquillada en relación a su disfraz, con mucho maquillaje oscuro alrededor de los ojos y los labios pintados de negro. Pese a tomarse en serio su disfraz, no dejaba de aprovechar la ocasión para lucirse. El disfraz de bruja hacía un buen escote resaltando sus grandes pechos, y la falda de varios pliegues no estaba ajustada pero era corta. Gracias a eso se veían unas largas y bonitas piernas cubiertas por unos leggings negros ajustados. También llevaba botas y un sombrero de bruja en la cabeza.

Al cabo de un rato la conversación y el alcohol habían incrementado la confianza entre nosotros. Fui yo el primero en lanzar algún flirteo.
 - La verdad es que tiene mérito estar tan guapa con ese disfraz.
 - En realidad no soy nada guapa, es gracias a una pócima mágica. - Dijo con la sonrisilla de quien le gusta jugar.
 - Jajaja. Pues funciona. Podrías enseñarme a prepararla.
 - Claro. Pero me falta un ingrediente...
La bruja sexy se pegó a mí y metió con disimulo la mano por dentro del pantalón de mi disfraz. Agarrándome con firmeza de los huevos me susurró al oído:
 - Semen de vampiro...


Tras esa declaración de intenciones mi ánimo dio un gran salto. Dibujé una sonrisa en mi rostro que transmitía claramente un mensaje: "Eso tiene solución". Sacó la mano de mi pantalón y me cogió de la mano. Nos comunicamos sin palabras, con la mirada. Nos internamos en el oscuro bosque de aquella noche de Halloween. Cuando nos hubimos separado suficiente de la fiesta como para que nadie nos molestara, ella se giró de golpe y se lanzó a mí. Nos besamos bruscamente, víctimas de nuestra excitación y el fuerte deseo de sexo. Mientras nos comíamos la boca el uno al otro, yo abría los ojos y veía los suyos, sombreados y con lentillas de color rojo oscuro. Me dejé llevar y le mordí el cuello con delicadeza. Ella notó cómo se le clavaban levemente los colmillos falsos que llevaba.
 - Tranquilo, vampiro... No me chupes la sangre y yo te chuparé a ti algo mejor.
Las frases guarras que decía la bruja solo hacían que ponerme aún más cachondo.

Nos besamos apasionadamente unos segundos más, y luego ella pasó a morderme sensualmente el cuello. De repente dejé de notar los mordiscos. Abrí los ojos y ella ya posaba las rodillas sobre las hojas secas del suelo. Me desaté el pantalón y lo bajé rápidamente. Los calzoncillos me los bajó ella. Se lanzó primero a por mis pelotas. Empezó besándolas con suavidad pero la intensidad fue aumentando. Luego las lamía con deseo, después las succionaba... Todo hizo que mi miembro se endureciera enseguida. La brujita sonrió al ver que mi polla ya estaba preparada para ella, pero aún quería jugar un poco más. Le dio los lametones y luego se la metió en la boca.

Era excitante ver mi polla rodeado por esos labios negros. Dentro, fuera, dentro, fuera. Debía ser un pintalabios muy resistente porque no estaba dejando nada de marca en mi pene. Cuando me miraba, la mezcla de sus ojos rojos y sus labios negros me provocaba un inmenso morbo. Se me ocurrió aprovechar la larga capa de la que disponía mi disfraz. Rodeé con ella a la bruja, a la altura de la nuca, y la usé para empujar su cabeza contra mí al mismo tiempo que movía mi pelvis. Me follaba su boca pero no con excesiva fuerza por si no le gustaba. Notaba la punta de mi miembro chocar contra su garganta. En cada respiro que le daba tosía un par de veces pero era ella misma quien se la volvía a meter en la boca para seguir con la acción. Lo hice durante un rato y luego volví a dejar que hiciera la mamada a su aire.

Miraba hacia la lejanía y veía las luces de la casa y las sombras de la gente que estaba allí divirtiéndose. Miraba hacia abajo y veía a una bruja arrodillada haciéndome una mamada en un oscuro bosque. Una escena que podría estar sacada de la versión porno de una película de terror. Ella se dio cuenta de que miraba hacia la casa y se levantó para volver a susurrarme al oído.
 - No te preocupes por la gente... Nadie te va a clavar una estaca, jeje. - Bromeó en referencia a que iba vestido de vampiro. - Pero te dejo que me la claves tú a mí.

Dándome la espalda, se bajó los oscuros leggings hasta las rodillas mostrando que no llevaba más ropa debajo. Apoyó las manos en un árbol y espero mi llegada. Cuando me notó detrás suya, abrió las piernas todo lo que se lo permitieron los leggings bajados. Apoyé la punta en su coño, la cogí de la cintura y la penetré hasta el fondo. La bruja sexy echó la cabeza hacia atrás de placer. Me puse a penetrarla una y otra vez mientras agarraba su firme culo. Su sombrero de brujo me molestaba cada vez que ella movía bruscamente la cabeza. Se lo quité y lo tiré al suelo con agresividad, y aproveché el momento para tirarle del pelo enmarañado.

Los gemidos de la chica iban en aumento, al igual que la intensidad de nuestro polvo. Ella estaba chorreando. Esa lubricación natural me permitía deslizar la polla en su interior a gran velocidad. Se me ocurrió volver a echar mano de la capa del disfraz. Ya que era Halloween, podía añadir algo de terror al momento. Rodeé con mi capa el cuello de la bruja y apreté. Ella se incorporó de golpe, dejó de apoyarse en el árbol y ahora su espalda estaba pegada a mi pecho. Me la seguí follando desde atrás cubiertos por la oscuridad de la noche, mientras apretaba su cuello con la capa. Al tener su cara tan cerca de la mía, podía escuchar el efecto de la ligera asfixia en sus suspiros. Con sus manos ahora agarraba mis piernas, una por cada lado. Poco a poco apretaba más su cuello y me la follaba con más fuerza.

Tuvo un orgasmo en el que le fallaron las piernas y tuve que sujetarla con la mano libre para que no se cayera. Llegamos a cierto punto en que ella me apretó agresivamente con las manos y le solté el cuello para dejarla volver a respirar con normalidad. Mi capa planeó de nuevo hasta mi espalda y la chica se inclinó hasta volver a apoyarse en el árbol. Volví a adoptar la postura de antes. De repente noté la mano de la bruja traviesa acariciándome los huevos. Mientras se apoyaba con una mano, la otra la pasaba por debajo de su cuerpo inclinado hasta mi entrepierna, masajeándome las pelotas al tiempo que yo la penetraba. Claramente buscaba que me corriera.

Se dio la vuelta y volvió a arrodillarse en el suelo, de espaldas al árbol. Abrazó con su boca mi chorreante polla y su lengua le dio la bienvenida a la cavidad. Yo me dejé llevar por el frenesí del momento y las ganas de correrme y empujé mi pelvis contra su boca. La cabeza de la bruja quedó aprisionada entre el árbol y mi pelvis. Lo único que le permitía respirar por la boca era cuando movía la cintura hacia atrás para coger impulso y seguidamente volvía a alojar mi miembro en su garganta. La mirada de los ojos rojos de la bruja desde el hojoso suelo y su rímel negro resbalando por sus mejillas mientras me follaba su boca, me ofrecían el estímulo visual necesario para llegar al orgasmo.

Saqué la polla de su boca. Esta durísima y a punto de explotar. La chica lo sabía, así que me masturbó con ambas manos para acelerar el momento. Exhausto, me apoyé en el árbol en el que anteriormente se había apoyado ella, pero sin dejar de mirar hacia abajo, no quería perderme como aquella preciosa bruja buscaba que me corriera sobre ella. Emití un gemido y ella sonrió sabiendo lo que eso significaba. Abrió la boca, apoyó mi glande en su lengua y siguió pajeándome. Mi semen salio a chorros, que volaban directos al interior de su boca. Ella ni se inmutó pese a la tremenda corrida que le cayó en la boca. Sin siquiera darme cuenta se lo tragó todo y solo quedaron unos pocos restos que hacían un curioso contraste con sus labios negros.

Tras volver a vestirnos y limpiarnos un poco con unos pañuelos que ella llevaba, se excusó para ir al lavabo a acabar de arreglarse. Nunca más supe de ella. Sin el disfraz no la reconozco. A día de hoy, sigo sin saber quién es.






*Foto de encabezado: @_LolaFlor_


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