El primer
día de estar allí conocimos a un par de mexicanas guapísimas. Nos gustaron
tanto que les pedimos que nos enseñaran el lugar. Quedamos para el día
siguiente, y se presentaron. Pasamos todo el día de turismo. Las lindas
lugareñas nos hicieron de guías perfectamente. Todos los amigos estábamos
encantados con ellas, nos volvían locos. Ambas eran dos chicas preciosas, con
cuerpos increíbles. El calor de la época provocaba que vistieran ligeritas,
enseñando mucha carne. Gracias a esto podíamos disfrutar de sus firmes y
redondeados culos, así como de sus bonitos pechos bien puestos y muy escotados.
Las dos
mexicanas disfrutaban también de nuestra compañía. Les gustaba tener a un grupo
de hombres pendientes de ellas. Mirándolas disimuladamente. Desnudándolas con
la mirada. De vez en cuando algún comentario picante de estas chicas, hacía más
interesantes las conversaciones.
Cuando se
separaban del grupo por alguna razón, mis amigos y yo aprovechábamos para
comentar lo buenas que estaban. Todos coincidíamos en que, aunque las dos eran increíbles, preferíamos a
Lucy. Era más guapa y tenía mejor cuerpo. Su sedoso pelo castaño caía hasta la
altura de sus bonitos pechos, de buen tamaño. Tenía un culo increíble. Daban
verdaderas ganas de azotarlo cada vez que lo veíamos moverse al andar. Y cuando
se agachaba, su tanguita asomaba por encima de los shorts vaqueros. Tenía ojos
de tigresa, y unos labios carnosos muy sexys que seguramente usaba de
maravilla. Unas largas y bonitas piernas, relucientes al sol, remataban ese
cuerpo de infarto. Todo esto, unido a una personalidad descarada, extrovertida
y picante, nos volvía a todos locos.
Comentábamos
que cualquiera de nosotros daría lo que fuera por una noche de sexo con ella.
Con cualquiera de las dos. Pero Lucy… ¡buf!
Después de
un día de mucho andar, decidimos cenar tranquilos en el hotel, pero quedamos
con las chicas en un local que ellas conocían para tener un poco de fiesta por
la noche. Llegamos un poco tarde, aún no nos manejábamos muy bien en el lugar.
Entramos al sitio y las buscamos por el local. Al fin vimos a las dos bailando
en la pista de baile. Decidimos pedir unas copas antes de ir al encuentro de
las guapas mexicanas. Las observamos mientras esperábamos nuestras bebidas.
Bailaban magníficamente. Una con la otra. Movían sus espléndidos cuerpos en la
pista de baile. Nos derretíamos de placer mirándolas. Y no éramos los únicos,
sus sensuales movimientos atraían muchas miradas.
Las dos
llevaban vestidos de una sola pieza y largos tacones. En el caso de Lucy, ella
lucía un palabra de honor negro, cortito y bien ceñido al cuerpo. Se podía ver
cada curva de su cuerpo, además de sus piernas casi enteras. Además, sus
tacones también negros realzaban su trasero. Nos vieron en la barra y se
acercaron.
Fuimos a una
mesa y estuvimos un rato hablando todos mientras bebíamos. Era indudable que
las dos mujeres coqueteaban con nosotros. Los demás fueron a pedir más bebida y
nos quedamos Lucy y yo hablando. Ella me sonreía mucho. También me tocaba la
mano de vez en cuando, y me rozaba disimuladamente. Hacía algunos gestos que me
estaban encendiendo la libido.
Entonces me
cogió de la mano y me sacó a la pista a bailar. Lucy acercó su cuerpo al mío
hasta estar pegados y bailar tocando cuerpo contra cuerpo. La cogí de la cintura
con las manos. Lucy me miraba lascivamente. Lucy rozaba mi entrepierna con su
pierna mientras bailábamos un ritmo latino. Luego se acercó más hasta apoyar su
cabeza en mi hombro. Estuvimos así un poco hasta que noté sus labios besando mi
cuello. Ahí fue mi perdición. Me puse tremendamente cachondo. Había topado con
la mexicana más ardiente y caliente. Su boca se separó de mi cuello y Lucy me
miró a los ojos. No pude más y me lancé a besarle. Le planté mis labios contra
los suyos apasionadamente. Mi lengua entró en su boca y nadó junto a la suya.
Nuestras lenguas tenían sexo entre ellas. Mis manos bajaron hasta su culo y
pude al fin tocarlo. Estaba duro y muy bien puesto. Estaba muy caliente en ese
momento, y creo que Lucy también.
Momentos
después Lucy me metió disimuladamente la mano por dentro del pantalón. Sonrió
mientras me susurraba al oído:
-
Vaya, parece que ya estás listo…
Dejó de
tocarme y me cogió de las manos llevándome a la salida. Subimos a un taxi y
Lucy dijo la dirección de su casa. Por el camino nos tocábamos uno al otro
ignorando al taxista. El viaje a su casa se me hizo eterno, tenía unas ganas
tremendas de follármela. Al fin llegamos y entramos a trompicones a su casa
mientras no dejábamos de besarnos y tocarnos.
Nada más
entrar se quitó los tacones lanzándolos con los pies y me llevó directamente al
dormitorio. Me sentó en el borde de la cama y se arrodilló frente a mí. Me quitó los pantalones y los bóxers, y
sin más preámbulos se metió mi polla en la boca. No pude evitar suspirar fuertemente
por lo excitado que estaba. La caliente y húmeda boca de Lucy hacía maravillas
en mi polla. Su lengua, labios y mano derecha se encargaban de mi polla y su
otra mano masajeaba mis huevos dulcemente. Mi miembro entraba y salía de su
boca a buen ritmo. Yo me limitaba a recoger su pelo y aguantarlo mientras Lucy
me llevaba al cielo con su boca.
Una vez mi
pene estuvo duro como una piedra, Lucy se levantó y me empujó hacia la cama.
Quedé tumbado boca arriba. Ella tiró de su vestido hacia abajo y cayó al suelo.
Quedó totalmente desnuda. No llevaba ropa interior. Totalmente depilada, ni un
pelo. Y un reluciente piercing coronaba le pezón de sus teta izquierda. Pude
observar su perfecto cuerpo desnudo solo un par de segundos hasta que Lucy se
abalanzó sobre mí. Se sentó encima, metiendo mi polla bien dentro de su
precioso coñito. Tras esto empezó a botar sobre mí, follándome a buen ritmo.
Sus caderas latinas se movían de una forma genial. Yo me dejaba hacer y en
ocasiones azotaba con dureza su culo.
Después
decidió cambiar. Se sacó mi polla de dentro, se dio la vuelta y siguió
cabalgándome pero esta vez de espaldas a mí. Sus pies y manos se apoyaban en la
cama. Esta vez yo sí que me movía, arriba y abajo, acelerando el ritmo del
polvo. Los golpes de mi pelvis contra sus nalgas se oían por toda la casa.
Lucy volvió
a cambiar de posición. Esta mexicana era muy ardiente. Se tumbó en la cama y
entonces me puse yo encima, entre sus piernas. La penetré con fuerza y comencé
a follármela con ganas. Lucy gemía y me apretaba la espalda con las manos. Cada
vez la penetraba más fuerte y más rápido. Me la follé tan fuerte que en unos
minutos tuvo un gran orgasmo. Todo su cuerpo tembló. Me mordió el cuello con
fuerza. Sus uñas se clavaron en mi espalda, lo cual me provocó un poco de dolor
pero al mismo tiempo me gustó.
-
Muy bien… Mi cola es tuya si lo deseas.
Uf… Lucy me
ofrecía su culo. Asentí con la cabeza. Ella se puso a cuatro patas sumisamente.
Yo me puse detrás de ella. Apoyé la punta de mi polla en la entrada de su culo
y empujé. Mi polla se fue abriendo paso hasta que hubo entrado por completo.
Tenía un culo muy prieto. No era un culo virgen, pero se notaba que Lucy solo
se lo daba a los que se lo ganaban. Ese bonito culo que me había pasado el día
mirando y soñando con él, ahora me lo estaba follando. El anal hacía a Lucy
gritar de placer. Duras embestidas, azotes, tirones de pelo, insultos… Había
pasado a ser sexo muy guarro. Pensé que se me estaba yendo de las manos pero
Lucy pedía más, parecía gustarle.
Su culito
tan apretado hizo que no tardara en correrme. Aumenté la velocidad de las
penetraciones, y a la vez Lucy aumentaba el ritmo de sus gemidos y gritos.
Cuando ya no pude más me desplomé sobre Lucy metiendo la polla entera en su
culo, y los chorretones de leche empezaron a salir. Apreté fuerte sus tetas y
mordí su cuello desde atrás mientras me corría dentro de su culo. Mi semen la
encharcaba por dentro y Lucy se mordía el labio, parecía gustarle.
Quedamos los
dos tumbados en la cama. Lucy se abrazó a mí y me dijo sonriendo:
-
Realmente quería tu leche en mi boquita.
Más tarde en
la noche hice sus deseos realidad.
Me dejó mojadita al volverlo a leer, es un relato muy real puede variar pero me parece que es algo que haría y si me imagine en el relato!! aww!! <3 <3 me encantó
ResponderEliminar@LucyLoveHole