Ese día Claire vestía una blusa gris de botones y con puntitos blancos. Todos los botones abrochados excepto el último, lo cual generaba el bonito escote que a todos nos gustaba. Sobre la blusa, una americana negra. También llevaba una falda negra y elegante a la par que corta. Y unas medias negras iban desde debajo de la falda hasta los tacones, también negros. Colores oscuros, que le daban elegancia al estar trabajando, pero prendas cortas, que le daban un toque picante.
Llegó la hora de comer, pero yo me quedé en mi mesa porque tenía que acabar algunos asuntos. Estaba con la mirada fija en la pantalla del ordenador, enfrascado en mis tareas. Noté la vibración del móvil en mi bolsillo. Lo saqué y vi que era un mensaje de Claire. La verdad es que me extrañó, no teníamos mucha relación como para enviarnos mensajes. Supuse que estaría relacionado con el trabajo. Mi sorpresa fue cuando, al abrir el mensaje, vi que incluía una foto. En la foto aparecía Claire con la blusa desabrochada, el sujetador bajado y los pechos al descubierto. En aquella bonita instantánea, sus dos grandes tetas me saludaban. Cuántas veces la había desnudado con la mente... Y por fin veía sus pechos. La foto estaba hecha en lo que parecía el baño de mujeres de la oficina, y mi compañera de trabajo me sonreía con una expresión que invitaba a algo más que un poco de exhibicionismo. El texto del mensaje decía: "Si quieres ver más, ahora te toca a ti..."