Insistí a Mónica en que hablaramos con ellos. El hombre no tenía ningún atractivo especial, pero destacaba por ser alto y grande, con el pelo largo, cayendo a la altura de los hombros. A Mónica no le desagradó y aceptó, también por hacerme el favor al verme tan entusiasmado. Dejamos algo de tiempo para que se aclimataran al lugar y se pidieran algo de beber, pero enseguida nos acercamos a hablarles para que no se nos adelantara otra pareja. Empezamos hablando los cuatro pero poco a poco se fueron formando dos conversaciones paralelas, Mónica con el otro hombre y yo con la mujer. Nos entendíamos. Había feeling entre las parejas.
Mónica es una chica bastante atractiva, por lo que el hombre no tardó en dejar caer sus intenciones con delicadeza. Los dos se levantaron y pusieron rumbo al pasillo por el que se entraban a las distintas habitaciones para uso de miembros del club. Cinco minutos después la preciosa mujer y yo hacíamos lo mismo.