Todos los relatos que aparecen en este blog han sido escritos por mí. Ninguno ha sido copiado de ninguna otra web de relatos y se ruega que, del mismo modo, tampoco sean copiados (excepto consentimiento expreso). Gracias.

domingo, 13 de enero de 2019

Microrrelato: Esposado al placer (Versión Zorricienta)



Mi amiga Zorricienta y yo hemos escrito una versión alternativa del relato "Esposado al placer", escrita desde el punto de vista de la mujer. Además, Zorricienta ha tenido el detalle de narrar el relato con su dulce y sensual voz para nuestro disfrute.


Aquí tenéis el relato narrado:



Esta es la transcripción del relato:

Esta historia ocurrió una noche que estaba sola en casa y estaba muy, muy caliente. Tan caliente que decidí invitar a mi amigo Juan a casa. Le envié un mensaje en el que solo ponía "Estoy cachonda”. Con eso bastó para que en unos minutos apareciera en mi casa. Le abrí la puerta completamente desnuda, acariciándome el pelo de forma sensual. Cogí a Juan de la mano y me lo llevé directamente al dormitorio. Allí le senté en la cama y empecé a quitarle la ropita poco a poco. Me di cuenta del bulto que llevaba en su pantalón. Ya la tenía dura. Se la acaricié por encima de la ropa. Sabía que era por mi culpa y eso me ponía muy cerda. Le quité el pantalón muy lentamente, haciéndole sufrir. Su polla estaba tan dura que, cuando le bajé los bóxers, salió disparada y casi me da en la cara. Saqué la lengua y jugué con ella alrededor de su glande, pero no llegué a tocar su polla. Estaba en modo cabrona y me divertía ser mala con él. Notaba en su cara que estaba desesperado por que me la metiera en la boca. En vez de eso, tumbé a Juan en la cama y saqué las esposas del cajón de mi mesita. Nos miramos y nos sonreímos así con complicidad. Después de esposarle las manos al cabezal de la cama, le besé el cuello y fuimos bajando lentamente hasta llegar a su polla y metérmela en la boca. Se la chupé lentamente, disfrutándola. Desde abajo hacia arriba. Sin parar. Mirándole a los ojos mientras lo hacía.
Una vez satisfecho mi antojo de sexo oral, me senté sobre él y empecé a follármelo mientras seguía esposado a la cama. Primero lento, y luego más fuerte, asegurándome de que sentía mi coñito caliente rodeando toda su polla.

Cuando me dijo que estaba a punto de correrse le grité que no lo hiciera, que aguantara un poco más. Yo también estaba a punto. Afortunadamente, pudo aguantar lo suficiente para que llegáramos juntos al orgasmo. Se corrió conmigo, sintiéndolo todo bien caliente como a mí me gusta. Un puñetero placer. Espectacular.




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